domingo, 20 de octubre de 2013

Y tu, ¿eres libre?

Hoy es sábado, y te has levantado a la hora que has querido, porque eres libre. Has desayunado lo que has querido o lo que has podido, porque eres libre. Luego has salido a dar una vuelta o has hecho algo de provecho, siempre en tu libre albedrío porque eres libre. Luego has mirado el evento deportivo de motor de los fines de semana en la televisión y has elegido apoyar a tu piloto favorito, porque eres libre.
Y luego has comido y con ésta te dan las 4 de la tarde. De repente, piensas en esa persona a la que tú has elegido guardarle un espacio VIP en tu corazón. Tú eres libre, recuérdalo. Eres libre de llamarla, de abrir una conversación con ella en una red social, de proponerle ir a tomar un café...Pero no lo haces. ¿Por qué?
Porque no eres libre. O mejor dicho, tu mente no es libre, tu corazón no es libre y eso te hecha atrás.
Tienes un entorno rodeado de libertades (por simples y pequeñas que puedan ser) y sin embargo eres esclavo de ti mismo
Tú sabes que eres libre de poder hacer lo que quieras y lo que te propongas, pero tu libertad interior no opina lo mismo. Y lo mismo que te hecha atrás para hablar con alguien, también actúa cuando quieres opinar sobre algo que te parece injusto, por miedo a qué dirán las malas voces. Y lo mismo cuando sientes una necesidad insaciable para crear algo (lo que sea) pero no eres capaz de mostrar al mundo tu creación. 
Lo dijo el poeta italiano Arturo Graf, "Si no tienes la libertad interior, ¿qué otra libertad esperas poder tener?"

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